Hace unos días, me llamaron de una cadena de radio nacional para que presentara mi opinión respecto a una cartilla que una ONG, Colombia Diversa, está distribuyendo gracias a la ayuda de la Secretaría de Educación de Bogotá, y que busca prevenir la homofobia.
La señorita que me llamó, me dijo con claridad, que ibamos a hacer un pre-grabado de un minuto para que expusiera mi punto de vista. El asunto fue rápido y después de unos pocos minutos de reflexión me volvió a llamar y procedimos con la «entrevista».
Cuando la nota salió al aire, las cosas fueron diferentes a lo que me habían dicho. Juzguen ustedes:
- La periodista hizo toda una introducción de algo mas de 3 minutos en donde mencionaba lo importante de que nos aceptáramos unos a otros.
- A continuación, entrevistó, en vivo, a la directora de esa ONG y durante mas de cinco minutos le hizo varias preguntas para que ella mencionara que los homosexuales se suicidan porque no los aceptan por su condición sexual.
- La periodista terminó la nota con un editorial respecto a la importancia de aceptar a las personas y que esa es una base fundamental para la paz en una sociedad.
Al margen de que no haya salido mi nota al aire, lo cual es simple anécdota, te pregunto: ¿te parece que tocaron el tema permitiendo que la audiencia tuviera una balanceada presentación de dos puntos de vista al respecto?
Y por qué una periodista no tiene en cuenta un balance justo de la información para presentarla? Buena pregunta y se me ocurren dos respuestas:
- El raiting es sensible a posiciones contrarias a la homosexualidad.
- Si el raiting baja, el contrato de la periodista puede verse comprometido y de pronto ella quiera mantener su trabajo, su importante salario y su status como importante periodista.
Lo que yo mencionaba en ese minuto pregrabado es que Colombia Diversa, (Google anuncia en su buscador que la página de ellos es «peligrosa»), es una organización privada y que lamentaba que las políticas públicas fueran coordinadas con entes que están al servicio de unos pocos. Además, dije que en esa cartilla no se mencionaba el dolor, la rabia y la frustración que siente un homosexual por las relaciones que vive en donde cree encontrar el amor y se estrella con espejismos cada vez mas crueles. También dije que nunca se debe rechazar a una persona ni excluirla pues su dignidad no permitía hacerlo.Pero una cosa es el ser humano, y otra su comportamiento (orientación sexual en este caso).
Por supuesto que en las relaciones heterosexuales también puede haber mucho dolor y no me aparto de conversar de eso; sin embargo, eso hace parte de otros posts.
Me voy expresar con esta anécdota: no he dudado mucho de mi sexualidad pero un día tuve la duda y ésta se resolvió por sí sola; y en este momento agradezco a una amiga que chateó conmigo muchas noches en las cuales me sentí sola y aburrida. Ella dijo ser homosexual hasta que conoció a un chico del cual se enamoró y simplemente ya no fué homosexual, y eso fue todo. Y concluyo con lo que siempre he pensado y es que en este mundo la sexualidad es un problema no de identidad sino de capacidad para relacionarse con el sexo opuesto, quizá muchas desilusiones, quizá muchos corazones rotos, y quizá uno se pierde y piensa que le iría mejor con alguien del mismo sexo pero no hay cosa más bella que el amor que entre hombre y mujer, ese amor que llega a ser verdadero, es algo que da mucha satisfacción, da ánimo, alegría y significado a la vida.
Bueno, eso es lo que pienso.
Definitivamente, algo hermoso del amor de pareja es encontrar en el otro, lo que uno no tiene. Si lograrán eso las parejas del mismo sexo?
Saulo:
! Dios te bendiga por esa labor tan ardua, pero que el Padre Santo premian con BENDICIONES. ME URGE HABLAR CONTIGO; por favor, dime si estás en Denacer de Bogotá para ir hasta allá, o dónde. Por favor, regálame tus teléfonos; si quieres un fijo, si quieres, un celular.
Besos y que Dios bendiga mucho tu hija.
Cordialmente,
Consuelo León Soto
Consuelo: puedes llamarme al 6011875. Dios te bendiga